El Grupo Parlamentario de Morena en el Senado de la República le extiende la mano al presidente Andrés Manuel López Obrador para que, en estricto respeto a las diferencias, trabajemos por el bien del país.
Desde la Cámara de Senadores impulsaremos una efectiva división de poderes y respeto al federalismo. Con principios republicanos, desarrollaremos una relación institucional con los titulares de los poderes de la Unión, los gobiernos de los estados y de la Ciudad de México.
En caso de controversias, nos ajustaremos estrictamente a los preceptos constitucionales y a las normas legales. En democracia, los pesos y contrapesos son fundamentales para el desarrollo institucional del Estado.
En la fracción de Morena sabemos que es momento de trabajar por México porque muchas generaciones de mexicanas y mexicanos anhelábamos este momento. Años de resistencia al autoritarismo y a la adversidad mantuvieron viva la esperanza. La lucha por el acceso al poder de manera pacífica y democrática ha triunfado de manera contundente sobre el antiguo régimen.
Hoy es un gran día para México, porque nuestro país realiza, en esta sesión republicana y Solemne, la transición del Poder Ejecutivo Federal en paz y por mandato del voto popular.
La sociedad y democracia nos han otorgado la oportunidad de cambiar el destino del país, no podemos defraudarlos.
Lamentablemente nuestra Nación es un país con altos índices de desigualdad y violencia. La grave crisis de inseguridad ha llegado a niveles inimaginables provocando miles de muertos, desaparecidos y desplazados por la violencia.
Además, de violaciones a los derechos humanos, los feminicidios y miles de desaparecidos, entre éstos, los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El modelo económico ha provocado el estancamiento de la economía, la desigualdad y la pobreza en la mayoría de la población. Tenemos un campo devastado, la industria energética quebrada y los recursos naturales saqueados.
Gasolinazos, caída en el poder adquisitivo de las familias, falta de apoyos sociales y ausencia de expectativas de crecimiento y desarrollo para millones de jóvenes.
La corrupción es uno de los problemas más apremiantes del país, un cáncer que afecta a la administración pública. La corrupción daña la economía, acentúa la inseguridad, dificulta el trabajo y atrofia el ejercicio de gobierno. Resulta indispensable terminar con el círculo vicioso de corrupción e impunidad.
El 1º de julio pasará a la historia como el día cuando la sociedad Mexicana dijo ya basta. Mediante el voto decidió poner alto a la inseguridad, a la pobreza y la corrupción.
El mandato de la sociedad fue claro: no quiere un relevo en el grupo en el Poder, como ocurrió en el año 2000; quiere un nuevo régimen. Votó por un cambio de fondo. Votó por la Cuarta Transformación de la República.
Tenemos plena consciencia de lo que significó para la historia de nuestro país, de Latinoamérica y del continente el triunfo del Ciudadano Andrés Manuel López Obrador. Es la culminación de la lucha por la democracia que en 1968 iniciaron los estudiantes y que continuaron muchos movimientos sociales y políticos. Movimientos pacíficos, por el respeto al voto, por la reivindicación de derechos sociales y la exigencia de justicia.
El propósito de la Cuarta Transformación de la República es la creación de un nuevo Estado social y de derecho. Con estabilidad y responsabilidad, reorientar nuestros objetivos a favor del desarrollo económico, la equidad, la justicia social y la atención prioritaria a los grupos vulnerables.
Hoy inicia la construcción de un país donde se respeten los derechos y libertades; así como lograr la construcción de la paz, para terminar con la violencia y la inseguridad.
Tendremos una administración pública austera, eficiente y eficaz, donde se destierre la corrupción y la impunidad.
Nuestro objetivo es recuperar plenamente la soberanía de nuestra Patria y construir una relación de respeto y colaboración con todas las naciones del mundo.
Consideramos que no se requiere una nueva Constitución, pero sí adecuar el marco constitucional y legal para poder cumplirle al pueblo de México. Buscaremos eliminar el fuero constitucional, posibilitar la revocación de mandato y hacer viable la consulta popular y transformar a la Guardia Nacional.
Además, redimensionar la Administración Pública Federal y establecer la austeridad con rango de ley y la corrupción como delito grave.
La democracia representativa no basta. Tenemos la firme convicción de que la ciudadanía debe participar de manera directa en la toma de decisiones más trascendentes del Gobierno.
Vivimos un escenario internacional complicado. Diversos factores externos inciden en el comportamiento de la economía y las finanzas nacionales. Desde el Senado apoyaremos al Gobierno para generar estabilidad económica y crecimiento.
La participación de los empresarios es fundamental para conservar la estabilidad y detonar el desarrollo. El gobierno federal y el Congreso se apretarán el cinturón, apegándose a la ley de austeridad.
El mismo esfuerzo es el que respetuosamente les pedimos al Poder Judicial de la Federación y al resto de las instituciones públicas.
La autonomía del Banco de México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral y el resto de los órganos autónomos del Estado mexicano está garantizada y éstos podrán cumplir cabalmente con sus funciones constitucionales y legales.
La Cuarta Transformación requiere de partidos políticos consolidados, que expresen claramente la pluralidad de nuestra ciudadanía. Trabajaremos con las fuerzas políticas para tener un sistema de partidos más efectivo, más barato y más cercano a la gente; así como para que existan candidaturas realmente independientes y representativas.
Pedimos a los servidores públicos su apoyo para construir una administración austera y más eficiente y eficaz. Los ajustes se darán arriba, en la burocracia dorada, en la base se mejorarán las condiciones laborales. En ningún caso se violaran derechos de servidores públicos o de prestadores de servicios.
Hacemos un extenso reconocimiento a las Fuerzas Armadas por la ratificación de su lealtad al Presidente de la República. La policía militar y la policía naval tienen nuestra confianza para que, con un marco legal y el adiestramiento adecuado, contribuyan a la construcción de la paz con su integración a la Guardia Nacional y para que las Armas del Ejército vuelvan a sus labores constitucionales.
Los representantes de la sociedad civil y de los medios de comunicación tienen nuestro compromiso de que la libertad de expresión está garantizada. Se acabaron los tiempos del control de los medios. Libertad de expresión para todos, incluido el Presidente. El debate y la discusión de la agenda pública será cotidiana.
Desde el Senado reconocemos el valioso papel de los profesores en el proceso educativo. Su participación en la verdadera reforma en esta materia será fundamental.
Los derechos laborales de los trabajadores serán respetados. Consideramos que es momento que los sindicatos, incluido el magisterio, arriben a una nueva etapa de transparencia, rendición de cuentas y democracia.
A los integrantes de los pueblos originarios, a los campesinos, a los pescadores, a los obreros y jornaleros, a los migrantes, a los profesores, a los policías, marinos y soldados, a los profesionistas y empresarios, a las víctimas de la delincuencia; a las niñas y los niños, a las mujeres, a las personas con capacidades diferentes y a los adultos mayores, les reiteramos nuestro compromiso de construir un país de igualdad, de libertad y de justicia.
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