Por Leticia Puente Beresford
Nueva York, 3 de diciembre de 2018.- La historia de un México nuevo inició este primero de diciembre y quienes vivimos fuera de la patria que nos vio nacer celebramos la nueva era, con un presidente que trabajará para las y los más necesitados.
Las palabras del nuevo mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, fueron escuchadas en los hogares y en los centros de trabajo de esta capital financiera del mundo. Las y los migrantes siguieron atentos sus discursos, los cien puntos que detalló en el Zócalo sobre su programa de trabajo, las etapas y las acciones que desarrollará, bajo la premisa de “primero los pobres” y “no seré candil de la calle y obscuridad de mi casa”.
El mensaje del presidente López Obrador desde el Zócalo de la Ciudad de México resonó en todo el mundo. Lo vimos entero e íntegro cuando pidió a las mamacitas que no permitan más que sus hijos actúen contra las leyes. “Nomás” les mando el mensaje, para que dejen de defender todo aquello que quebrante la ley, les dijo.
Al tomar protesta como primer mandatario de la nación, López Obrador fue enfático al señalar que deben terminar los casos de feminicidio. Dijo que ambiciona un país próspero y feliz. Y para ello contará con el apoyo de un Congreso paritario, en donde por primera vez mujeres y hombres legislarán en igualdad y serán tomadas en cuenta en todas y cada una de sus participaciones.
Las mexicanas que migraron hace años a la llamada “ciudad de los rascacielos” dicen que nunca antes habían visto un gobernante como López Obrador. Una de ellas, quien viajó a México justo en el cambio de gobierno y lo vio por primera vez, dice que el nuevo presidente se ve “limpio y sincero”.
Ellas afirman que el cambio de gobierno en México les da más seguridad, porque saben que pueden regresar en cualquier momento a su país y porque sus familias van a estar mejor en su tierra con el nuevo gobierno.
Las y los migrantes escucharon atentos la petición que el presidente hizo a los servidores públicos para que atiendan bien a la gente en las ventanillas, ya que eso incluye la atención en los consulados, en donde nuestros paisanos reciben muy malos tratos. Dichos consulados operarán también como procuradurías, como ya lo había anunciado el nuevo jefe de Estado.
Dijo también el nuevo mandatario que por el bien de todas y todos, primero los pobres. Y aseguró que las acciones que emprenderá su gobierno permitirá que las y los mexicanos emigren a otros países sí así lo deciden y no empujados por la necesidad.
Conmovió su gesto de arrodillarse ante representantes de 68 pueblos indígenas, ya que se puso en el nivel de los menos favorecidos económicamente y se comprometió a no permitir más esa situación en que viven.
Los y las mexicanas con las que hablé están, como yo, de fiesta. Coinciden en que hay que trabajar por México para desterrar los males, principalmente el de la corrupción, así como el fraude electoral, con el que cancelaron a López Obrador la posibilidades de gobernar Tabasco, su tierra natal, y el país mediante el robo de la elección. “No más fraudes electorales”, afirmó, ya que en México imperará el respeto y la democracia.
Desde esta ciudad de migrantes, las y los mexicanos envían al presidente Andrés Manuel los mejores deseos para el nuevo régimen democrático: me sumo. Aspiramos un mejor país en esta nueva era que busca la felicidad para todas y todos.
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