NO SE APEÑEN, EL MIGRANTE NO ES EL ENEMIGO
Hay que aprender a ser humanistas, hay que aprender a compartir, hay que aprender a defender al más vulnerable.
Cuando del éxodo migrante se trata, no hay duda de que el mexicano es y será solidario con quien más lo necesita. Sin embargo, como es bien sabido, gracias a los medios de desinformación que es lo que más resaltan, un sector de la población mexicana (conscientemente o sin darse cuenta) sacará a relucir su falta de comprensión, su intolerancia, su racismo, su odio, su rechazo hacia el centroamericano.
En lo general, podemos decir que hay dos perspectivas opuestas, un pensamiento más conservador y un pensamiento más progresista. Para los más conservadores esto es una cuestión política; para los más progresistas esto es una cuestión humanitaria. Ellos, los más conservadores, dicen: “que se las arreglen solos”; nosotros, los más progresistas, decimos: su lucha es nuestra lucha. Ellos dicen: “que se hagan cargo sus gobiernos”; nosotros decimos: esta es una crisis humanitaria y necesitan de nuestro apoyo y solidaridad. Ellos dicen: “esto es una invasión”; nosotros decimos: esto es una crisis humanitaria. Ellos dicen: “son ilegales”; nosotros decimos: son nuestros hermanos. Ellos dicen: “aquí hay un grupo que está sacando ganancia” (por cierto, nunca mencionan a qué “grupo” se refieren); nosotros decimos: los perversos (como el individuo de la Casa Blanca), desde luego que sacarán ganancia política, pero eso no tiene absolutamente nada que ver con la autenticidad de esta crisis humanitaria. Ellos buscan lastimar a los caminantes y les arrojan piedras; nosotros les ‘arrojamos’ comida, agua, ropa y medicinas. Ellos dicen: “¿por qué no lucharon en su país para arreglarlo?”; nosotros decimos: sí lo hicieron, y, desgraciadamente, la brutal represión, el autoritarismo y la dictadura han podido más. Ellos dicen: “son cobardes por abandonar su país”; nosotros decimos: son valientes por haberlo dejarlo todo, son valientes por arriesgar su vida, son valientes por hacer ese gran sacrificio por sus hijos, por sus familias y por su futuro. Ellos dicen: “ahí hay infiltrados”, “hay criminales peligrosos”; nosotros decimos: ahí hay niños, hay mujeres, la gran mayoría es gente honrada y trabajadora. Ellos dicen: “¡a la verga de aquí!”, “¡váyanse a la chingada!”; nosotros decimos: mi patria es tu patria también. Ellos dicen: “hay que meter a la cárcel a los criminales”, nosotros decimos: comencemos por meter a la cárcel a Enrique Peña Nieto.
Ellos se organizan y forman grupitos de provocadores, nosotros nos organizamos y formamos grupos solidarios. Ellos, no logran entender de que existan gentes de buen corazón (luchadores sociales) que dedican gran parte de su vida, años y años, a un trabajo desinteresado de protección al migrante. No les cabe en la cabeza que un ser humano defienda a otro ser humano sin esperar nada a cambio. Ellos buscan criminalizar, nosotros buscamos humanizar.
Concretamente, con la llegada de AMLO, México tiene altas posibilidades de ganarle la guerra a la ignorancia.
Marco Dávila
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