Cómo no dejarlo ir…
Por Leticia Puente Beresford
New York 6 de julio 2024.-Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de México, extraordinario luchador social, se merece el retiro que ha tenido a bien anunciar, luego de seis años de gobernar el país y de más de 40 en la lucha por la democracia.
Este gran hombre se merece lo mejor para sí y se merece también disfrutar, desde el retiro, todos los triunfos logrados y que fueron demandados y anhelados por mexicanas y mexicanos de todos los tiempos.
Desde que me enteré de su existencia y de su causa, le sigo los pasos. Tengo el privilegio de haber caminado con él y al lado de muchos y muchas más, en su cruce de Tabasco a Veracruz en el “Éxodo por la democracia” que encabezó.
Durante el Éxodo, después de entrevistarlo, le regalé un pequeño, casi diminuto radio de color azul cielo, con unos audífonos, para que se enterara de las noticias.
Escribí de sus luchas y confieso que siempre he comulgado con ellas, porque siempre fueron las de millones de mexicanos y mexicanas. Admiro que siempre haya sido un aliado perfecto de mujeres y hombres, luchadores como él.
Existe una coincidencia entre sus anhelos de justicia y los míos, entre su idea de democracia y la mía. No es gratuito: yo, al igual que el Presidente, me formé en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM), en donde todas las carreras pasaban por un tronco común, que permitían una formación teórica, antes de iniciar con las materias específicas de nuestras carreras. En ese sentido, fuimos formados bajo los mismos principios.
Y ahora, desde mi vida en Estados Unidos, veo al presidente con mis ojos de migrante y me emociona saber que, desde este país donde ahora vivo, lo considero un grande entre los grandes.
Y este año en que se va a retiro, en que nos deja, inicia una nueva etapa en donde sus acciones se vuelven ejemplo, sus luchas son rutas marcadas por él y por todas y todos quienes han luchado a su lado. Se trata, como él lo hizo, de luchar día a día por nuestros ideales, por nuestro México, bajo los preceptos que él ha coreado:
“Amor con amor se paga”, “Por el bien de México, primero los pobres”.
El deleite de “Las mañaneras” también finalizará. Las personas adultas mayores son parte importante de la audiencia de las conferencias, como mi madre, quien a sus 86 años no se pierde una sola, que son en realidad cátedras. Dice mi madre que no se dejará engañar nunca más. Claro y fuerte lo ha dicho en las mañaneras y se ha hecho eco entre la población: el mandato es No robar, no mentir y no traicionar con hechos.
El presidente asegura que se va contento y promete que, si la Patria lo necesitara, de inmediato acudiría al llamado.
En tanto, deseamos larga vida y larga vida en familia para López Obrador. Su “Gracias”, es de ida y vuelta. Y también parte de su legado es la necesidad de difundir el trabajo presidencial y el del gobierno, pese a los medios convencionales de comunicación, hacedores de mentiras. Frente a ellos López Obrador logró exponer al país su trabajo y el de su gabinete, sus compromisos con 100 objetivos. Los progresos y logros de esas demandas ciudadanas ya son bien conocidas por él y, por supuesto, por nosotros.
¡Viva Andrés Manuel López Obrador !
¡Viva México ! Mi México lindo y querido…
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