Lázaro Cárdenas dio asilo a las víctimas del franquismo, hoy, estoy seguro que Andrés Manuel López Obrador estará a la altura y sabrá dar acogida a las víctimas del salvajismo yanqui.
No son inventos, no son cuentos, no es un juego, no son muertes falsas, son personas que murieron de a deveras. Me refiero a las personas que han fallecido en lo que va de este desplazamiento forzado de centroamericanos rumbo al Norte.
Los niños de la caravana no son niños de a mentiritas, son niños de carne y hueso, algunos que muestran estar enfermos no están fingiendo, nadie les está pagando para poner caras tristes, caras de cansados, caras de deshidratados. El hambre, la sed y la enfermedad son reales en la Caravana Migrante. La migración forzada, la inseguridad, la pobreza extrema, la falta de oportunidades, la violencia, la inseguridad, los golpes de Estado, los fraudes electorales, el intervencionismo estadounidense… todas estas son cosas MUY reales y están a la vista de todo mundo.
Si el éxodo es escalonado y por grupos pequeños, todos los de “buen corazón”, “estamos con los hermanos migrantes”, pero cuando el éxodo es de trancazo y por miles, entonces, a muchos “bienintencionados” nos cuesta mucho creer, y se nos hace fácil repetir la narrativa de los medios de comunicación conservadores: ¿“quién los financia”?, “¿a quién benefician?”, “aquí hay una mano que mese la cuna”…
Tampoco creo que los centroamericanos se mueran de ganas de ir al Norte a sacarse una selfie con el “mejor presidente que ha tenido Estados Unidos”, ni tampoco que tengan mucha prisa de llegar antes de que se levante el “moderno” muro, porque con muros o sin muros, con advertencias o sin advertencias, con miedo o sin miedo, las migraciones continúan. ¿Llevan prisa? Sí, pero su prisa es más bien por ser libres.
Cayendo en la provocación de lo que se habla en los medios de comunicación conservadores en Estados Unidos, acerca de quién o quiénes “están detrás de la caravana”. Mi hipótesis es: conociendo el actuar de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) para cuestiones de manipulación política y social, yo la pondría en la lista de principales sospechosos en cuanto al giro y uso político de la caravana a favor del individuo de la Casa Blanca. Pero habría que distinguir, son dos cosas distintas: una cosa es el uso político que los malintencionados le sepan dar a las cosas (como a las crisis humanitarias), y otra cosa muy diferente es, si el éxodo es real o inventado. Y a la vista de todos, este éxodo es real, con niños, con mujeres, con muerte y todo.
Cualquier ‘bienintencionado’ que se oponga al derecho a libre tránsito de la Caravana, está dándole la razón a las milicias de fanáticos blancos estadounidenses.
Marco I. Dávila
maidaca85@gmail.com
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