Erección del Estado de México
Antecedentes
En 1821 se consumó la Independencia Nacional. En ese momento empezó a pensarse qué tipo de país sería México: si una República Centralista o una República Federal. En la primera todo el poder reside en el Gobierno Nacional. Los estados se llaman departamentos y no son libres; y los gobernadores son designados por el Presidente. Es decir, todo depende del centro. En cambio, la República Federal es la reunión de las entidades que forman el país, pero que no dependen del centro y son estados libres y soberanos.
La decisión debía tomarla el Congreso Constituyente, que se formó en 1822 con diputados de todo el país, pero ese mismo año, Agustín de Iturbide se proclamó Emperador de México y disolvió el congreso. Poco tiempo duró este imperio, pues un año después, entre septiembre y octubre, se volvió a reunir el Congreso Constituyente para decidir qué clase de República sería México. Al fin se determinó que fuera República Federal con el nombre de Estados Unidos Mexicanos.
El 30 de enero de 1824 se publicó el acta constitutiva determinando que los estados serían 16. Uno de ellos, el Estado de México, con el territorio que tenía la intendencia colonial.
Como eran Estados Libres, cada uno debía elegir su propio Congreso Constituyente local para que formulara la Constitución también local de cada entidad federativa y ratificara, es decir, aprobara en definitiva si esa entidad estaba dispuesta a formar parte de la República.
Se erige nuestro Estado
En diciembre de 1823 el Congreso Nacional aprobó el artículo constitutivo en que declaraba al Estado de México como una de las entidades de la Federación. Y el 2 de marzo de 1824, se instaló con gran ceremonia la Legislatura Constituyente del Estado de México, acompañada de un Te Deum* en la catedral y salvas de la artillería.
Este primer Congreso, integrado por 21 diputados propietarios y siete suplentes, realizó su primera sesión ese mismo 2 de marzo; de ahí que esta fecha sea reconocida oficialmente como el Día de la Erección del estado de México, en virtud de su carácter jurídico.
Para que se llevaran a cabo todas estas acciones, desde octubre de 1823 se había designado Gobernador provisional al General Melchor Múzquiz, quien gobernó con base en una Constitución también de tipo provisorio.
Sobre estas bases, el 2 de marzo se hizo también la elección de gobernador y se designó a Don Manuel Gómez Pedraza, y como su segundo al propio General Múzquiz. Sólo que Gómez Pedraza declinó este honor, aún antes de presentar el cargo, por lo que automáticamente quedó como Gobernador Constitucional el General Melchor Múzquiz. Así para algunos historiadores la disputa entre Manuel Gómez Pedraza y Melchor Múzquiz para portar el título de primer Gobernador del Estado de México, sigue vigente.
El Estado de México era entonces el más importante de las 19 entidades de la República: abarcaba una superficie aproximada de 100 mil km², comprendiendo, además del territorio actual, los de Hidalgo, Morelos, el Distrito Federal y la mayor parte de Guerrero. Situado en el centro del país, cruce de infinidad de rutas y la región más poblada, contaba con un millón 300 mil habitantes, que alcanzaban 21% de la población total del país. Por si fuera poco, al poseer la Ciudad de México, tenía asegurados fuertes ingresos.
Sin embargo, este último punto sería fuente de problemas. En efecto, el federalismo tendió a restar poder al Estado de México, al cual se le obligó a proporcionar una contribución elevada a la Federación y se le expropió la Ciudad de México, punto ejecutado el 11 de abril de 1826.
Nuestra primera Capital
La capital natural del Estado de México era la Ciudad de México, puesto que también lo había sido de la Intendencia Colonial. Por ello, el General Múzquiz estableció sus oficinas en el edificio que había sido de la Inquisición y después fue la Escuela de Medicina.
Por su parte el Congreso Constituyente del Estado se reunía en una casa de la calle del Indio Triste, que después fue Correo Mayor. Pero dentro del Congreso Constituyente Nacional, algunos diputados comenzaron a cuestionar que una ciudad como la de México, que había sido levantada con el esfuerzo de todas las partes de la Nación, fuera la capital de un sólo estado. Alegaban que ya de por sí nuestra entidad tenía mucho territorio por lo que, agregándole la Ciudad de México, resultaba un estado demasiado poderoso.
Por fin, el 18 de noviembre de 1824 el Congreso Nacional decretó que la Ciudad de México fuera la sede de los poderes federales y ordenó al General Múzquiz que eligiera para capital del Estado de México cualquier otra ciudad.
Ante tal acto, nuestro estado tuvo que darse a la búsqueda de otra capital. Se eligió Texcoco, pero para esa fecha esta población no contaba con lo necesario para convertirse en capital permanente del estado. Así que el experimento duró sólo cuatro meses. Con todo, allí se promulgó la primera Constitución del Estado de México el 14 de febrero de 1827. Conforme a ella, el territorio del estado se comprendía en los distritos de Acapulco, Cuernavaca, Huejutla, México, Taxco, Toluca, Tula y Tulancingo.
Información tomada de:
- Sánchez, Alfonso (1983). Historia elemental del Estado de México. Toluca, México. Gobierno del Estado de México.
- Jarquín, María Teresa, Herrejón, Carlos (1995). Breve historia del Estado de México. México. Fondo de Cultura Económica. En línea: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/edomex
- Historia y ubicación del estado de México (Consultado en marzo, 2018). En: http://www.elclima.com.mx/historia_y_ubicacion_del_estado_de_mexico.htm
Última actualización: 01/03/2018
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