Una cachetada con guante blanco de AMLO a Trump es por medio de algo que los mexicanos no han visto en mucho tiempo, una buena política interna, nacionalista y progresista, mejor conocida como la Cuarta Transformación.
Veamos la comparación:
La base que más apoya a Donald J. Trump tiende a ser conservadora, reaccionaria y xenófoba; por su parte, la base que apoya a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es plural, primordialmente progresista. Trump es un presidente que ve mucha televisión, según sus cercanos dentro de la Casa Blanca, puede llegar a ver de seis a ocho horas de tele diarias; mientras que AMLO es un presidente que gusta, en gran medida, de la lectura. Trump es un individuo movido por el dinero; A AMLO lo que lo mueve son sus ideales. Ante la controversia, Trump gusta de recordarle a sus asesores aquello de que “el verdadero poder es el miedo”, y se basa en el “todo por la fuerza”; mientras que la estrategia de AMLO para dar solución a controversias es: “diálogo, diálogo y más diálogo” y se basa en el “nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”. Trump está empeñado en pasar por encima de las leyes de su país por medio de la corrupción, la intimidación, la cooptación y la exigencia de lealtad de su equipo de trabajo; AMLO está empeñado en acabar con la corrupción de México, empezando por la corrupción de arriba. Según Trump, el poder es para aplastar al más desafortunado; mientras que para AMLO, “el poder solo tiene sentido cuando se pone al servicio de los demás”. Trump tiene en su contra investigaciones legales serias sobre obstrucción a la justicia; AMLO, no solo no tiene problema legal alguno, sino que incluso él mismo impulsó la idea de la revocación del mandato para que, por medio de consulta popular, la gente decida si quieren que continúe o que se vaya. Trump es alguien que apuñala por la espalda hasta a sus más cercanos; mientras que AMLO es un hombre de palabra. Para Trump, lo primero es gobernar en beneficio de los multimillonarios; pero para AMLO, ante todo, primero los más pobres de México. Con Trump, muchos de sus cercanos han renunciado porque no se pueden adaptar a un jefe que les ve la cara de tontos (por decirlo suave) todo el tiempo; con AMLO, algunos de sus funcionarios renunciarán porque no han entendido aún que en México la cosa ya cambió, en otras palabras, estaban malacostumbrados. Trump es alguien que desearía convertirse en el primer dictador de Estados Unidos, pero la burocracia estadounidense, obviamente, se lo hace imposible (cosa que, entre muchas otras, lo tiene frustrado); por su parte, AMLO, aprovechará sus seis años en la presidencia como si fuesen doce, y al concluir su mandato se retirará de la vida pública.
Muchos de sus allegados que han renunciado, coinciden en que Trump, palabras de ellos mismos, es “un mentiroso de mierda”; AMLO por su parte, y a la vista de todos, trabaja para los mexicanos, con transparencia y con honestidad (véanse las conferencias mañaneras de AMLO: https://www.youtube.com/lopezobrador).
Marco I. Dávila C. – maidaca85@gmail.com
#EstoyConAMLOxMéxico
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