Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ejemplo moral para los mexicanos, habla de que la economía popular es indispensable, de que la corrupción impide el crecimiento, y de que su objetivo principal es lograr al final de su mandato, que los mexicanos que abandonen su tierra lo hagan por gusto y no obligados por las circunstancias.
Todo el trabajo que realizan los mexicanos migrantes en Estados Unidos (EEUU), donde los U.S.An y luego los deportan, si en vez de hacerlo en EEUU para beneficio de la economía estadounidense, lo hicieran en México para beneficio de la economía mexicana. Si tan sólo existiera la oportunidad de hacer ese trabajo en su propia tierra, o al menos la oportunidad de invertir en su propio país, México se beneficiaría aún más de lo que ya se beneficia con las remesas. Y, con muros o sin muros, para bien o para mal, EEUU se iría quedando sin trabajadores mexicanos.
Buena parte de las remesas vuelven a regresar a EEUU. Con la compra de productos estadounidenses en territorio mexicano, los mexicanos migrantes, por medio de sus familias que siguen en México y que reciben cotidianamente una buena cantidad de dólares, hacen que gran parte de las remesas regresen a territorio estadounidense. ¿Cuántas compañías estadounidenses hay en México? ¿Cuántos productos de uso y consumo diario del mexicano son o pertenecen a compañías estadounidenses? Que cada quien saque sus cuentas, yo sólo pretendo que el lector entienda mi punto. Si los billones de dólares que los mexicanos, tanto los de adentro como los de afuera, aportan al PIB de EEUU (US Gross Domestic Product), fuera por el contrario un aporte más directo para México, ¿por cuánto se multiplicarían las remesas?
Una buena noticia para los mexicanos migrantes es que, por fin, México tiene un presidente que admira, que respeta, que reconoce y que voltea a ver a los mexicanos migrantes. Por fin, un presidente se atreve a reconocer a TODOS los mexicanos: a los 12 millones nacidos en México y radicados en EEUU, más los otros 12 millones nacidos fuera de México de padre o madre mexicana, quienes tienen todos los derechos de un ciudadano mexicano. Por fin, ha llegado alguien que acabó con la visión torpe de que el mexicano migrante es igual a remesas, y ya. Por fin, México cuenta con un gobierno que está en toda la disposición de escuchar las propuestas de los mexicanos migrantes.
El cariño es mutuo, los mexicanos migrantes le hacen mucha falta a México, y México le hace mucha falta a los mexicanos migrantes.
Marco Dávila
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