Por Leticia Puente Beresford
Nueva York, 19 de diciembre de 2018.- En 2018, las mujeres de este país demostraron que cuando se proponen algo lo hacen; que deben hacer visibles sus logros; que ya no temen denunciar ni decir lo que piensan y que las nuevas generaciones pueden vislumbrar un futuro diferente. Saben, también, que el camino hacia la equidad es largo, que la injusticia se denuncia y que la justicia se construye.
Hoy existe plena consciencia entre nosotras de que podemos ser “las primeras” en cualquier terreno. Por eso reconocimos, junto con la revista Time, a las mujeres que han roto el techo de cristal, en diversas actividades dentro de la academia, el deporte, el arte, la economía y la política, y que inspiran a muchas más a hacerlo, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo.
También debatimos posturas sobre el derecho a decidir, dimos la lucha para evitar que llegara a la Suprema Corte de Justicia el ultraconservador Brett Kavanaugh, acusado públicamente por acoso sexual en 1980 contra Christine Blasey Ford.
También demostramos que el voto es un arma poderosa y la utilizamos el 6 de noviembre, con plena conciencia, como un ¡basta! a la misoginia de Donald Trump, y también ejercimos el sufragio, como migrantes, para buscar un cambio de gobierno en nuestro país de origen… y lo logramos.
Avance electoral anti-Trump
Conscientes de que las elecciones intermedias son decisivas para las presidenciales de 2020, es decir, determinantes para impedir que continúe la era Trump, días previos a los comicios, las encuestas revelaron que 6 de cada 10 votaría por las y los candidatos del Partido Demócrata y que 46 por ciento de las mujeres deseaban un relevo presidencial.
Como candidatas, las mujeres compitieron por 11 gubernaturas y 182 para la Cámara de Representantes, con la meta de superar el 20 por ciento de los espacios en el poder legislativo, una cifra aún insuficiente si se considera que las mujeres constituimos el 52 por ciento de la sociedad estadounidense.
Las demócratas se organizaron en grupos como “The resistance” y las madres tocaron puerta por puerta para promover el voto, más allá de disputas entre Trump y Hillary, pero en pos de un urgente cambio que derrote el discurso misógino, divisionista y de odio del presidente.
El resultado de ese trabajo fue que 27 demócratas y siete republicanas ganaron 34 escaños en la Cámara de Representantes, un triunfo histórico, superior al de 1992 año en que triunfaron 24 mujeres, contra 34 que lograron este 2018. Entre las nuevas legisladoras hay musulmanas, indígenas, hispanoamericanas, la primera afroamericana y la candidata más joven, procedente de Nueva York.
Al Senado llegó la primera mujer por Tennessee y dos más ganaron las gubernaturas de Maine y Dakota del Sur. La elección dejó también evidente la alianza generacional, cuando Nancy Pelosi, de 78 años, primera presidenta de la Cámara de Representantes y opositora a medidas crueles como la construcción de un muro en la frontera con México, impulsó especialmente a jóvenes candidatas.
El resultado de estos triunfos será la promoción y la elaboración de leyes que beneficien a las mujeres en todos los ámbitos, en un contexto de creciente violencia de género, la cual generó también una respuesta inédita en la sociedad estadounidense en este año por terminar.
#Meetoo y #Hearmettoo
#Meetoo se consolidó este año como un movimiento mundial de las mujeres en contra de la violencia sexual. La directora de ONU-Mujeres, Phumzile Milambo Ngcuya, lo definió así: “Es poder ser visible, hablar por las otras, por las invisibles, un asunto global contra la impunidad que puede salvar vidas y donde por primera vez los poderosos no lo son más”.
A Meetoo le siguió la campaña #Hearmettoo, dentro de las actividades del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre, con 16 días previos de acciones, voces, búsquedas para que podamos dejar atrás la pesadilla.
Las migrantes, con AMLO
También este año, las migrantes mexicanas vimos una oportunidad de cambiar la realidad en el país que nos vio nacer, ejerciendo nuestro voto en las elecciones del 1 de julio en favor de Andrés Manuel López Obrador, quien se postuló por tercera vez a la presidencia, en medio de una crisis de derechos humanos, feminicidio y violencia contra las mujeres.
Muchas migrantes trabajaron arduamente en este país en el programa para obtener la credencial de elector, promovido por el Partido Movimiento de Renovación Nacional (Morena), bajo el cual se postuló a López Obrador a la presidencia, junto con el Partido del Trabajo y con Encuentro Social.
La votación desde el extranjero fue mayor que en otros comicios y el voto por López Obrador mayoritario, y el primero de diciembre tomó posesión el nuevo presidente, quien empeñó su palabra para trabajar por las y los más necesitados, para recuperar la paz y que cese la violencia, incluida la violencia de género.
En el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador pidió ayuda a las madres de los delincuentes para que no permitan que sus hijos actúen contra las leyes, para que dejen de defender todo lo que quebranta la ley. Dijo que trabajará para que acaben los casos de feminicidio.
Y, en el tema de las relaciones exteriores, prometió que no será candil de la calle y oscuridad de su casa. Y que tomará acciones para que las y los mexicanos emigren a otros países sí así lo deciden, pero no empujados por la necesidad.
En esta ciudad de Nueva York, las migrantes me dijeron que el triunfo de López Obrador les da más seguridad, porque saben que pueden regresar en cualquier momento a su país y porque sus familias van a estar mejor en su tierra con el nuevo gobierno. Que así sea. Y mientras tanto…
¡Feliz Navidad y Próspero 2019!
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