Por Leticia Puente Beresford
Nueva York, 13 de julio de 2018.- La llegada del juez conservador Brett Kavanaugh a la Suprema Corte de Estados Unidos constituye una amenaza real contra el derecho a decidir de las mujeres, pues ayudaría a concretar la promesa de campaña de Donald Trump de no permitir la interrupción legal del embarazo.
La reacción de las mujeres no se ha hecho esperar, incluso en el Senado, en donde tanto demócratas como republicanas estan en alerta sobre las propuestas que haría Brett Kavanaugh, ya que el año pasado se manifestó en contra de una decisión que tomó el Tribunal de apelación para permitir interrumpir el embarazo a una adolescente indocumentada, que se encontraba bajo custodia en Texas.
Kavanaugh fue nominado por el presidente Trump de entre 26 propuestas para competir por el lugar que dejará el senador Anthony Kennedy, conservador moderado, quien pidió su jubilación. No hay que olvidar que Trump ya colocó a Neil Gorsuch el año pasado, cuando sustituyó al fallecido Antonio Scalia, lo que hace temer una derechización del Senado.
Derechos con historia
En este momento, ante la alarma, en todo el país el tema de conversación son los derechos reproductivos, que fueron obtendidos a través de una lucha que empezó en 1973 con el célebre caso Roe y Wade, y que hizo legal el derecho al aborto.
Así, durante 45 años, muchas mujeres de este país han tenido la oportunidad de no morir por un aborto clandestino, han podido evitar un embarazo no deseado o producto de una violación y han podido optar por no ser madres gracias a los métodos de anticoncepción.
Vale recordar que el derecho a la interrupción legal del embarazo no obliga a ninguna mujer a abortar, pero sí permite, en caso extremo, bajo ciertas circunstancias y tras una reflexión informada, interrumpir un embarazo.
Como métodos de prevención del embarazo, las mujeres cuentan con los dispositivos intrauterinos, los implantes hormonales, los anticonceptivos orales y hay pruebas de bajo costo para la detección temprana del embarazo. También la píldora del día siguiente, que se adquiere sin receta médica y puede tomarse hasta cinco días despúes de la práctica de sexo inseguro.
Existe también medicación abortiva, que se puede administrar hasta las 10 semanas de embarazo: dos pildoras bajo la supervisión de un médico y que no implica ninguna cirugía. En 2013, cerca de una cuarta parte de las interrupciones legales del embarazo se realizaron con medicamentos, 10 por ciento más que en 2004.
El acceso de las mujeres a los anticonceptivos ha logrado, de 1980 a la fecha, una disminución en el número de abortos en el país. Aziza Ahmed, profesora de Derecho en la Northeastern University, especialista en derechos reproductivos, dijo al periódico The New York Times el pasado dos de julio que “estamos en un nuevo mundo, podemos controlar cuándo y cómo queremos reproducirnos”.
El acceso a los anticonceptivos explica la disminución del número de abortos, como sucede en Nueva Jersey, en donde las clinicas han aumentado de 24 en 2011 a 41 en 2014, pero el número de abortos ha disminuido, al pasar de 47 mil a 44 mil durante el mismo periodo.
En términos generales, el número de abortos en el país ha disminuido, de 29.3 por cada mil mujeres en 1981, a 14.6 por cada mil mujeres en 2014, entre mujeres de 15 a 44 años de edad.
Sin embargo, en este país, pese a que existe una ley sobre aborto, en por lo menos 20 estados se existen restricciones, lo que podría agravarse si el Senado continúa su tendencia hacia el conservadurismo.
Mujeres pobres, las más afectadas
De continuar esta tendencia hacia la derechización de los órganos legislativos, con el eventual retroceso en las leyes sobre derechos reproductivos, la población más afectada serían las mujeres más pobres, de menores ingresos, 61 por ciento de las cuales son afrodescendientes, de acuerdo con datos de el National Academies of Sciences, Engineering and Medicine.
Las mujeres pobres en Estados Unidos, a diferencia de las que viven en Europa, donde se registran bajos números de aborto, no tienen acceso a la educación sexual o al control el embarazo, señala Johanna Schoen profesora de la Rutgers University in New Brunswick,N.J.
Linda Gordon, profesora de Historia de la New York University, dijo al Times que si ocurre un retroceso en los derechos reproductivos y se hace ilegal el derecho a la interrupción del embarazo, nada detendrá a las mujeres para defender sus derechos y recordó que históricamente las mujeres se han movilizado para lograr leyes que permitan la anticoncepción y el aborto desde 1873.
Es esperanzadora la predicción de Linda Gordon de mujeres luchando por sus derechos constitucionales, porque son muchos los años de lucha que les han permitido decidir sobre su cuerpo y salvar vidas. Ojalá y los grupos conservadores lo entiendan, porque nadie puede mandar en donde sólo cada una de nosotras decide. Es alertador tambiénque ya sean tres las senadoras Republicanas que se oponen a que Brett Kavanaugh llegue al Senado.
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