Por Leticia Puente Beresford
Nueva York, 24 de marzo 2018.- Seré activista hasta encontrar a mis compañeros, no hay perdón ni olvido y gane quien gane las elecciones seguiremos luchando, buscándolos, afirmó categórico Omar García, sobreviviente del ataque armado y de la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, crímenes cometidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
El ex alumno de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, quien tiene hoy 29 años y estudia el tercer semestre de la licenciatura en Derecho, llegó a esta ciudad de Nueva York para continuar con su lucha por sus compañeros y con la advertencia de que, a tres años y seis meses de los hechos, el gobierno de Enrique Peña Nieto quiere “cerrar el caso” sin que haya justicia.
Peor aún, explicó, porque ahora el gobierno está actuando “de manera cínica” y además de su intención de dar carpetazo, insiste en imponer su “verdad histórica” sobre la supuesta incineración de los estudiantes a manos de un grupo criminal. Y eso, recordó, lo han denunciado las madres y padres de sus compañeros en el más reciente periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), realizado en Colombia del 22 de febrero al 2 de marzo pasados.
Recordó que esa versión, en la que ha insistido por años el Gobierno federal, ha sido refutada con argumentos científicos por el Grupo de Expertos de la CIDH, por otros académicos y abogados, y negada también por familiares y compañeros.
Además, en su más reciente informe sobre el caso, las Naciones Unidas afirmó que 34 de los detenidos relacionados con el caso torturados para confesar, lo que invalida su testimonio, explicó Omar García.
Por eso, señaló el estudiante, es necesario llamar a la unidad de todos los colectivos y activistas sociales para que estén informados y puedan, en su momento, realizar acciones conjuntas. Debemos informar a toda la comunidad, para que esté atenta ante la insistencia del gobierno de cerrar el caso.
Con ese fin, Omar García ya vistió las ciudades de Texas, Chicago y Filadelfia, entre otras entidades de los Estados Unidos, en donde ha sostenido diálogos con académicos e integrantes de colectivos y grupos de activistas.
No queremos la misma PGR
Ante la cercanía de las elecciones del primero de julio, el activista aseguró que “si gana el PRI, vamos a estar peor otros seis años” y en la Procuraduría General de la República (PGR) pondrán a alguien “de los suyos”, con la misma línea y la misma consigna, para que no investigue nada sobre Ayotzinapa.
Y eso provocará también, añadió, que continúe la situación de precarización laboral en México, de sobrevivir “al día”, así como el deterioro de los derechos humanos, el cual ha provocado que siete mujeres sean asesinadas diariamente en el país, que 80 sacerdotes hayan sido asesinados en el sexenio, así como 104 defensores y defensoras de derechos humanos, casi 80 alcaldes y decenas de periodistas; que hayan desaparecido 30 mil personas y sumen más de 230 mil los muertos; una crisis de derechos humanos generalizada, afirmó.
El activista dijo que el movimiento por Ayotzinapa pone “su granito de arena” para evitar que esto continúe y lamentó que la vocera del Congreso Nacional Indígena, María de Jesús Patricio, Marichuy, no haya logrado la candidatura a la presidencia por la vía independiente, debido a los obstáculos para recabar firmas, ya que ella hubiera beneficiado al movimiento por los 43 y todos los desaparecidos del país.
Y aseguró que, aunque Lucio Cabañas (el mítico guerrillero egresado de la Normal de Ayotzinapa) prefiriera el cambio revolucionario pese a los macanazos, en vez de la vía electoral, posición que muchos mantienen, hoy el escenario es diferente y por eso pide que se ejerza el derecho al voto, pero que lo reflexionen. Además, dijo, la misión no termina en votar, porque también es un deber exigir que los funcionarios rindan cuentas.
Los cambios pequeños sí sirven, dijo Omar, aunque haya quienes digan que debe darse un cambio revolucionario. Sin embargo, “llevo tres años seis meses y no lo veo, quizá soy ciego, pero no lo veo, y lo que observo es división y eso duele”.
Sobrevivir sin los 43
El ex normalista de Ayotzinapa reconoció que, por ser sobreviviente, ha confrontado desdén y “que no lo quieran” tan sólo por no haber muerto”, como sus compañeros Julio César Ramírez, Daniel Solís y Julio César Mondragón, o desaparecido como los 43. Incluso él mismo se llegó a cuestionar por qué corrió, por qué fue cobarde, por qué no salvó a otro compañero.
Sin embargo, en ese proceso de dolor ante la muerte y la desaparición, se ha hecho consciente de la situación de los derechos humanos en México, como ha sucedido con las madres de sus compañeros desaparecidos, quienes, “con todo y su dolor que las permea, se han venido empoderando”.
En las familias, dijo, están luchando padres y madres a la par, la lucha no es un movimiento de machos. Las señoras son muy activas, viajan, vinieron a Nueva York y tienen una gran fuerza, le dan un valor a la lucha con su visión de género, afirmó Omar.
Dijo también que le hubiera gustado que en las actividades que realizaron en Nueva York hubiera estado el señor Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio, uno de los estudiantes desaparecidos, y con quien ha habido algunas diferencias. “Me hubiera gustado hablar con él cara a cara”, señaló.
Busquemos lo que nos une, propuso el sobreviviente de Ayotzinapa, y recordó que en Chicago, al reunirse con testigos de Jehová y con musulmanes, coincidieron en que no importa qué religión se profese, de qué lado se esté, a nadie debe sucederle lo que pasó en Iguala con sus compañeros, los normalistas en Ayotzinapa víctimas de desaparición forzada.
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