Un gobierno que espía a su pueblo no merece estar en el poder
julio 10, 20170570
Cuándo nos preguntan por qué salir a votar, usa uno los mismos clichés: por tanta pobreza, desigualdad, corrupción, etc., pero es improbable que alguien entienda que significa que espíen a la ciudadanía.
Ayer un grupo de asociaciones civiles, activistas y periodistas hacen una gran pregunta ¿Para qué usar a la estructura del gobierno para espiar a la población? Qué sentido tiene gastar miles de dólares por intrusión a cualquier dispositivo móvil de una periodista, o peor a un menor de edad que por el hecho de ser familia de una persona pública sea sujeto a mecanismos que vulneran su intimidad.
Lo denunciado ayer da paso a cuestionarnos, como lo mencionó muy bien Carmen Aristegui, que clase de persona es Peña Nieto que para enfrentar a sus rivales anda espiando a sus hijos. Peor aún, pone el dedo en la herida del asesinato a periodistas al señalar sí alguno de ellos fue objeto de seguimiento antes de ser ultimado por lo que sabían o por lo que aquellos detrás de la pantalla se enteraron que podrían saber.
Es tan terrible el espionaje que lleva a la mesa de discusión si los periodistas asesinados fueron objeto de esta clase de mecanismo poniendo en riesgo las fuentes y a sus informantes, que ante la presión de un estado criminal arriesgan su integridad para sacar a flote actos criminales por parte de personas servidoras públicas de todos los colores. Es decir, un día recibes un mensaje directo de Twitter o Facebook denunciando la compra del voto y al otro día te enteras que la persona que te denunció el hecho es buscada por sus familiares por que inexplicablemente desapareció. Un completo estado de terror.
Ese es el mensaje que intentan dejar en las redes, y peor es el miedo que quieren infundir en las personas y estar en completo estado de shock, ya que bajo el miedo la ciudadanía no reacciona, no sale a las calles, no sale a votar. Pero el mensaje es claro y no fueron usados los mecanismos del poder para difundir la información, sino se dejó en un nivel que es consultado por aquellas personas que quieren dar el paso y no seguir siendo cómplices de este estado de cosas.
En conclusión viene la gran pregunta ¿Nos vamos a dejar intimidar por una camarilla de ladrones?, ¿Vamos a seguir dejando nuestros destinos en sus manos? No, es el momento para gritar más fuerte, para generar empatía con nuestros semejantes para no seguir siendo víctimas de un estado que asesina y convertir nuestra indignación en activismo y solidaridad.
Ellos han llegado a este nivel, de andar espiando niños, porque tienen miedo de nosotros y saben que nosotros estamos perdiendo el miedo, lo ven a diario, lo ven al grado que su compra del voto no les da para arrasar elecciones, lo ven al manifestarse las personas en Mexicali por nuevos impuestos, lo ven en las calles de Chihuahua al enfrentar cobros descarados, lo ven de Norte a Sur por que más personas ya están hasta la madre de este pinche gobierno y saben que el crecimiento de la oposición es resultado de que millones de personas están ejerciendo el voto y se suman la organización.
Ante la pregunta inicial hay que insistir en llevar el mensaje al pueblo: salgan y participen por que aquellos que están en las instituciones tiene miedo de ustedes y saben que pronto se les acabará su robadera esa misma robadera que provoca pobreza, inseguridad, falta de medicamentos, niños que trabajan, feminicidios, etc. Salgan y participen porque todas y todos tenemos derecho a la felicidad, y esa felicidad se construye entre todos.
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